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martes, 4 de junio de 2013

BUSCANDO UNA SOLUCION A NUESTROS PROBLEMAS

Para poder solucionar los problemas que tenemos como nación lo primero que debemos hacer es centrar nuestra atención en cada una de nuestras familias. Debemos ir al origen del ser humano, y en su origen no se hayan las instituciones políticas, no se hayan las empresas económicas, no se hayan las instituciones educativas, se haya la familia.

Así pues, si nos esforzamos por mejorar la familia mexicana estaremos haciendo que nuestro país progrese desde su núcleo, desde su mismísima raíz. Todo progreso que logremos nosotros los mexicanos que no parta del adecuado desarrollo de nuestra propia familia está condenado a convertirse tarde o temprano en un progreso efímero, en un progreso frágil, en un progreso irremediablemente aparente porque no mejora el núcleo de nuestra sociedad, nuestra propia familia. La familia debe pues convertirse en el centro de nuestra preocupación y ocupación como mexicanos.

¿Qué preguntas debemos hacernos sobre nuestra familia para desarrollarla adecuadamente? Podemos hacernos preguntas sobre ella que pueden arrojar una solución superficial y parcial a nuestros conflictos, o podemos hacernos preguntas que encuentran respuestas que buscan solucionar nuestros problemas familiares de manera profunda, de manera que implica cambios en nuestra manera de pensar y que por ello nuestra conducta diaria se ve obligada a transformarse en una nueva manera de vivir más acorde con la altísima dignidad humana que nos corresponde.

Es indudable que cada uno de nosotros queremos ser felices en la vida. Sinceramente eso es lo que deseamos como seres humanos que somos, queremos ser felices. El problema está en que desgraciadamente muchas veces buscamos la felicidad donde no se encuentra. Ese es el gran problema que tenemos como seres humanos. Buscamos saciar nuestro deseo de felicidad de manera desordenada y en cosas que aparentemente nos lo saciarán pero que en realidad no lo harán. Necesitamos educarnos a nosotros mismos y educar a los que están bajo nuestro cargo. Educarnos de tal manera que las tendencias que tenemos se encausen a alcanzar los bienes verdaderos y no los falsos. Si no hacemos esto nuestros problemas personales y sociales van a continuar irremediablemente y nos seguiremos haciendo mucho daño a nosotros mismos y a los demás.

Así pues, la pregunta que debemos hacernos cada uno de nosotros es la siguiente: Yo como miembro de mi familia y como miembro de esta gran familia de familias que es México ¿estoy buscando el bien de los demás o estoy egoístamente buscándome a mi mismo? ¿Mi vida está puesta al servicio de los demás o lo que quiero es que los demás estén a mi servicio? ¿Estoy amando o estoy siendo egoísta en la vida?

Nosotros, los seres humanos, no somos como los animales que solo buscan satisfacer sus propios instintos. Nosotros, los seres humanos, tenemos inteligencia, libertad y sobre todo capacidad de amar. Eso es lo que nos distingue de los seres irracionales, lo cual nos da un tan grande valor que muchas veces excede nuestra propia comprensión. Por eso en la mediada en que ejerzamos en nuestra vida esa capacidad de amar que nos es propia podremos vivir según la altísima dignidad que nos corresponde como seres humanos que somos.

Así pues, no busquemos soluciones aparentes a los problemas que tenemos como mexicanos, la solución está en que nos decidamos a amar con todo nuestro corazón a los miembros de nuestra propia familia en primer lugar, y después, como redundancia, a amar a todos nuestros demás compatriotas.


Diego Alberto Treviño Rodríguez.

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